miércoles, 20 de abril de 2011

McLaren cortó sus tentáculos para ganar a RBR

La originalidad principal de los de Woking recordaba a los octópodos, animales marinos, que con sus ocho tentáculos representaba a la perfección la idea extrema de dividir los escapes de cada bancada de cilindros en ocho microescapes que alimentaban diferentes puntos del fondo del monoplaza para mejorar la eficiencia aerodinámica.
Pero cuando se trata de llegar a las alturas, lo que se necesitan son alas y no tentáculos marinos, como la pretemporada demostró a los británicos al ver como su innovadora idea naufragaba en la profundidad del océano, donde habita el octópodo más conocido por el público en general: el pulpo.
A tan sólo diez días de la primera carrera, Martin Whitmarsh decidío cortar por lo sano y los tentáculos del MP4-26 desaparecieron para dar paso a una solución calcada a imagen y semejanza de Red Bull, lo que provocó que hasta el propio Adrian Newey admitiera públicamente su temor, al ver sus escapes fielmente reproducidos en el único coche que hasta ahora a plantado cara al RB7.
La admisión por parte de McLaren de una idea externa, sobre todo cuando procede del genio más en racha de los últimas temporadas, ha dado sentido a un proyecto que se ha liberado del complejo entramado de escapes que recorría todo el monoplaza y que provocaban innumerables problemas de rendimiento, además de temperaturas que frenaron el desarrollo del proyecto.
A pesar de no haberlos probado en pista, de no haber realizado simulaciones, ni tan siquiera de haber podido disponer del Pyrosic necesario para 'forrar' el difusor, en Melbourne los escapes 'made in Red Bull' del MP4-26 se acoplaron perfectamente a un proyecto más que válido y que situó directamente a McLaren como el gran rival de Red Bull.

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